Boca se fue de Guayaquil con una derrota por la mínima ante Barcelona SC en un encuentro en el que Miguel Ángel Russo apostó por un equipo con algunas alternativas. En bocapasion.com te contamos como el xeneize logró reducir a su rival, pero le faltó chispa para generar peligro real.

El xeneize falló en su intento de extender su buena racha tras caer 1 a 0 en condición de visitante ante el Barcelona de Fabian Bustos, en un encuentro en el que el conjunto de Miguel Ángel Russo impuso condiciones, controló el ritmo del partido y logró reducir a su rival al mínimo, pero que tuvo por contrapartida la incapacidad de llegar de forma clara al arco de Javier Burrai, dónde Alan Varela y Cristian Pavón echaron en falta mayor actividad del resto del equipo.
Boca se plantó muy bien en Guayaquil, con un equipo alternativo pero manteniendo el plan y sistema ya habitual de Russo: ceder la iniciativa, ser un equipo compacto, tapar receptores internos y lastimar con las transiciones. Para ello se valió nuevamente del 4-1-4-1 igual que ante Santos: Cuando Barcelona, que dibujaba una línea de 3 centrales en salida, liberaba a William Rivero o Luis Fernando León para que conduzcan hacia adelante, Leonardo Jara o Nicolás Capaldo saltaban a cortar la progresión; mientras uno salía, el otro aislaba del juego a Nixon Molina y Alan Varela tenía libertad para corregir e interceptar cualquier intento de saltar líneas por parte de los centrales del conjunto local.
El problema del equipo de La Ribera ocurrió cuando le tocó pensar en el arco rival, dónde le faltó calidad y agresividad en los últimos metros cuando la pelota no pasaba por Pavón. Tanto Jara y Capaldo en el juego interior como Julio Buffarini y Emmanuel Mas desentonaron cada vez que tuvieron que tener responsabilidad a la hora de tomar decisiones o generar ventajas en favor de sus compañeros. Todo lo bueno que realizaba Varela desde la concepción de la jugada, desmarcándose para ofrecer pase a Carlos Izquierdoz y Lisandro López entre líneas, distribuyendo rápido y preciso tanto en corto como en largo, se terminó diluyendo ante la falta de calidad individual a su alrededor.
No sorprende que los mejores minutos -y el gol- del equipo del Ídolo de Ecuador llegara en el momento en el que Russo optó por darle salida a Varela por Cristian Medina y pasar a Jara como el ‘5’ del equipo. A partir de ese momento, se notó mucho la falta del juvenil, Boca quedó mal parado tras pérdida en ocasiones consecutivas y dónde antes Varela corregía, ahora Damián Díaz le ganaba la espalda a Leo Jara, de esta manera llegó el gol y la ventaja definitiva en la noche de Guayaquil.
Con un Boca sin grandes signos de mejoría ofensiva, “Miguelo” pateó el tablero y realizó un triple cambio en el que ingresaron Carlos Tevez, Gonzalo Maroni y Exequiel Zeballos con el objetivo de agitar un poco las cosas, dotar al equipo de mayor calidad y un cambio de ritmo superior. Algo que sin lugar a dudas tuvo un impacto inmediato en el equipo y acercó más que nunca al equipo azul y oro al gol, pero que al final, con el tiempo restante, terminó por ser insuficiente.
Un partido en el que el xeneize, a falta de recuperar a los jugadores más importantes y talentosos en materia ofensiva, volvió a demostrar que está capacitado para minimizar la expresión futbolística de cualquier rival, y que incluso con ciertas limitaciones o alternativas obligadas a las que debe recurrir por cuestiones de calendario, no necesita demasiado para competir e incluso doblegar al rival. Las impresiones, pese a la derrota, siguen siendo positivas y alientan a pensar en el futuro a corto plazo del equipo de Miguel Ángel Russo.